jueves, 26 de marzo de 2009

RESUMEN ANUAL DE ACTIVIDADES DE ARQUITECTOS EXPLOTADOS

_RELACIONES CON EL COLEGIO OFICIAL DE ARQUITECTOS DE MADRID (COAM)
- Foro de Arquitectos Asalariados (FAA): Creado por el COAM junto al Foro Estudio-Empresa (FEE) para lidiar a propósito de la situación de los arquitectos.
- Pensar en un "sello de calidad" para los estudios en regla con el sistema de contratación.
- Para los concursos, pedir a la Administración que se premie con puntos a los estudios que acrediten una correcta contratación de toda su plantilla.
- No aceptar en la bolsa de trabajo anuncios denigrantes y pedir que se especifique un sueldo mínimo acorde con la ley.
- Libro Blanco de buenas prácticas (LB): propuesto por el COAM, participamos en su redacción inicial con las siguientes aportaciones: censo de colegiados en situación legal/ilegal, informe-estudio comparativo de estatutos y convenios y encuesta orientativa vía Internet para colegiados y no colegiados. Sin embargo actualmente se nos dejado totalmente al margen de su edición y publicación.
- Publicación de Carta en defensa de la profesión de AE en el Infocoam con el apoyo de AJAM, COAM Diverso y Somos Arquitectos.
- Junta de representantes Diciembre: se prueba la sanción con infracción grave a aquellos arquitectos que no cumplan la legalidad en cuanto a contratación.

_RELACIONES CON EL CONSEJO SUPERIOR DE COLEGIOS DE ARQUITECTURA DE ESPAÑA (CSCAE): Posible redacción de un Convenio (hasta ahora ausente) que regule las condiciones laborales en los estudios de arquitectura dentro del marco del Estatuto de los Trabajadores.

_CAMPAÑA EN LAS ESCUELAS DE ARQUITECTURA:
- Centro de Orientación e Información de Empleo (COIE) de la UPM.
- Conferencias informativas que se impartirá en primer lugar en la Universidad Alfonso X el Sabio.

_TVE: reportaje para TVE sobre la figura del ‘falso autónomo’.

_CONTACTO CON CCOO sobre posibles vías de actuación.

_CONGRESO VALENCIA. CONCURSO CSCAE: comunicado sobre la situación laboral de la profesión.

_ACCIONES REIVINDICATIVAS: Castillos de arena en el Retiro y Taller de Pirámides en el Templo de Debod.

viernes, 6 de marzo de 2009

CARTA EN DEFENSA DE LA PROFESIÓN DE ARQUITECTO


“…poesía necesaria como el pan de cada día”

Gabriel Celaya. La poesía es un arma cargada de futuro

 

Hace algunos meses, ARQUITECTOS EXPLOTADOS envió una carta al COAM en la que exponía la grave situación de prácticas ilegales y abusos en el empleo dentro de los estudios y empresas de arquitectura. Desde entonces se han propiciado una serie de iniciativas y debates pero desgraciadamente, también se han producido acusaciones, descalificaciones y malentendidos contra el colectivo y sus intenciones.En su mayor parte, hemos podido comprobar que se corresponden con un claro desconocimiento de la legislación laboral y de los derechos y obligaciones de empresarios y trabajadores. Parece que éste puede ser un momento oportuno para realizar una serie de reflexiones en torno a estos debates y al problema de la precariedad laboral. 

La profesión de arquitecto ha sufrido una transformación radical en los últimos veinte años. Anteriormente contaba con un número pequeño de estudios que ejercían en una situación “gremial” ahora añorada: los honorarios eran fijos, el trabajo era artesanal, los clientes abundaban, se disfrutaba de un estatus social acorde con responsabilidades y honorarios, los nuevos arquitectos se formaban con sus maestros y luego montaban estudio propio… Desgraciadamente, la situación ha cambiado. Hoy en día en España asistimos a un incremento acelerado en el número de arquitectos: desde 2003 ha aumentado el número de colegiados en un 25%, existen actualmente 7 escuelas de arquitectura en torno a Madrid, a principios de 2007 había en España un arquitecto colegiado por cada 978 habitantes frente a una media europea de algo más de 1400 habitantes, etc. 

El sistema de aprendizaje en estudio en el que el arquitecto experimentado obtenía mano de obra cualificada y el joven arquitecto se formaba hasta obtener su propia cartera de clientes, ha degenerado de manera alarmante y hoy en día constituye un pésimo sistema de empleo en el que el trabajador no tiene reconocidos sus derechos laborales mínimos y el empresario se encuentra ante una gran inseguridad jurídica, permanentemente amenazado por la Inspección de Trabajo o la demanda judicial. 

Una cosa está clara. Tanto el arquitecto empresario como el arquitecto empleado se necesitan mutuamente, y la relación laboral es beneficiosa para ambos si se sitúa dentro de un marco legal de garantías básicas. Si cualquier otra profesión se inserta en este marco, ¿por qué nosotros, los arquitectos, no podemos? El funcionamiento del sistema de “colaboración”  - término ambiguo que permite interpretarse para múltiples situaciones, desde el calculista externo al arquitecto que desarrolla un trabajo en términos de corresponsabilidad, pasando por su uso más habitual, la del trabajador en estudio sin contrato laboral, es decir, el falso autónomo - ha llegado a su límite tolerable. Éste se ha producido cuando  la crisis ha golpeado el sector y los “colaboradores” han tomado conciencia de que a la precariedad salarial se sumaba ahora la inestabilidad y el despido libre sin las garantías mínimas con que cuenta el trabajador en cualquier otro sector.

  

Así, ahora se ha hecho patente el problema apareciendo enfrentamientos entre arquitectos, denuncias y acusaciones cruzadas que, precisamente ahora, son la manera menos deseable de afrontar la solución a los problemas múltiples de la profesión. 

No debemos olvidar, sin embargo, que no nos encontramos ante una cuestión de arbitraje simétrica en la que ambas partes defienden intereses y derechos legítimos. Existe una asimetría clara, con una parte más débil, sin posibilidad de expresar sus quejas al carecer de un paracaídas que le permita afrontar un despido, pero a la cual asiste la legalidad, y otra que no cumple la exigencia mínima de realizar un contrato de trabajo y se ahorra obligaciones básicas reconocidas por Ley como el pago de la Seguridad Social de sus asalariados, la indemnización por despido e incluso la bajas por enfermedad y maternidad, las vacaciones pagadas. Dentro de esta situación asimétrica es donde hay que entender los procesos de denuncia. 

En cuanto a los arquitectos que denuncian, no son “falsos arquitectos”, oportunistas, usureros y desleales, que se aprovechen de la situación para hacer caja. Normalmente, se trata de un colectivo que sufre una situación ilegal, injusta y discriminatoria respecto a cualquier otra profesión (no digamos ya una titulación técnica superior). No hay más que echar un vistazo al convenio colectivo que rige el funcionamiento de cualquier ingeniería para ver la distancia que existe entre los derechos laborales de los arquitectos y cualquier profesión afín. No se aprovechan de supuestos vacíos legales inexistentes, sino que exigen que se cumpla la Ley y el Estatuto de los Trabajadores, reivindicaciones laborales mínimas y justas. Si muchos de ellos no han reaccionado antes, ha sido porque temían perder su precario puesto de trabajo, sabiendo que cada vez es más difícil encontrar empleo en nuestra profesión. 

Debe entenderse también que la legalidad es garantía para todos, también para el empresario, y que es su obligación realizar contrato laboral a sus trabajadores. La mejor manera de defender y exigir sus derechos consiste en contar con la seguridad del amparo legal. Fuera de la Ley, únicamente perpetúan su propia inestabilidad. Por supuesto, el paso a la legalidad supone un precio: tendrán que añadir al sueldo del trabajador el coste de la Seguridad Social, que hasta ahora no pagaban, y que permitía ofertar precios por debajo de la competencia de aquellos que sí contratan legalmente. No es cierto que la legalidad suponga un corsé que impida el desarrollo de concursos y trabajos temporales. La gran variedad de contratos que existen (indefinido, por obra, temporales, prácticas, a tiempo parcial…) permite una gran flexibilidad en la contratación que se ajusta perfectamente a las necesidades cambiantes de un estudio de arquitectura. 

Con esta situación de hoy en día resulta totalmente injustificable la reacción de los que, amparándose en la defensa de la “verdadera arquitectura”, presuponiendo que se dedican a la “arquitectura de calidad”, el “arte de la profesión” o “el trabajo intelectual”, y defendiendo que ellos se dedican a formar “colaboradores” y “futuros arquitectos” (ocultando que gracias a estos arquitectos, verdaderos trabajadores asalariados, sale adelante el trabajo del estudio), se aprovechan de la buena predisposición, capacidad técnica e interés por aprender de muchos jóvenes arquitectos para someterles a un régimen de explotación laboral con toda clase de injusticias asociadas: horarios extenuantes, sueldos de miseria, incertidumbre en el cobro, despido arbitrario, exclusividad, ambigüedad e indefinición  de las condiciones laborales, incluso sin reconocer el trabajo que han realizado… un camino abierto a cualquier abuso sobre el Trabajador. Estos mismos arquitectos son los que conscientemente hacen rotar a sus “colaboradores” cada uno o dos años, periodo en el que el trabajador suele hartarse de este abuso, de modo que siempre tienen un arquitecto joven e ingenuo del que aprovecharse. No ofrecen a estos “colaboradores” una legalidad que les permita tener unas expectativas mínimamente esperanzadoras de progreso en su profesión y, por supuesto, despiden al trabajador en cuanto este solicita un contrato laboral porque consideran que un arquitecto con contrato se convierte en “funcionario” (sic). Si les cuesta creer este panorama, por favor, miren las ofertas que se realizaban en las Bolsa de Empleo del COAM, hasta que fueron prohibidas por no cumplir la legalidad hace muy poco, o echen un vistazo a las ofertas de trabajo de muchos de estos arquitectos en sus páginas web. Si hay que buscar responsables de la degradación de la profesión…ahí los tiene. 

Desde nuestro colectivo, entendemos que amar la profesión es defenderla en la integridad de la figura del arquitecto. NO PODEMOS CONSENTIR QUE LA BUENA ARQUITECTURA SE REALICE A COSTA DE LA EXPLOTACION LABORAL, ya que esta miseria degrada la propia obra. Nuestra profesión es una labor intelectual que requiere continuo aprendizaje de técnicas y nuevos conocimientos. Invertir en el empleo, el sueldo, la seguridad y la formación del arquitecto que trabaja en el estudio es apostar por la  calidad y la perfección de la obra construida. En este tiempo de crisis estructural de la profesión, esta apuesta puede que determine además el futuro de nuestra arquitectura. 

domingo, 1 de marzo de 2009

Arquitectos explotados en TVE

Arquitectos explotados ha sido entrevistado para un reportaje del programa “Aquí hay trabajo” de La 2 de TVE. El reportaje, en el que se entrevistan a diferentes personas y profesiones además de a nosotros, trata sobre la figura del TRADE, en la que no terminamos de encajar.




Os adjuntamos el link:

"Aquí hay trabajo"